jueves, 23 de mayo de 2013

En los últimos días el tema de la legalización de los matrimonios entre parejas del mismo sexo, se ha convertido en una problemática nacional,  no solo a nivel político sino a nivel social, pero realmente, mas que un tema social, se trata de un tema con influencias religiosas.

Si bien es cierto que este tipo de relaciones ya se encuentra con reconocimientos a nivel pensional y de salud, las comunidades LGTB desean un reconocimiento como familia, lo que significaría una reforma a nuestra carta magna, que conforme a lo que estipula en su artículo No. 42, se constituye por el vinculo entre un hombre y una mujer.

Desde hace varios meses, la Corte ha aplazado la decisión al respecto, no obstante, hace algunos días, se pronuncio negando la solicitud que ya hace algún tiempo se venia discutiendo, dándole la razón, por decirlo así, a la parte de la sociedad y a las diferentes religiones que al respecto, no se encontraban de acuerdo.

Si ahí algo cierto, es que la sociedad (a nivel internacional) a dado pasos de gigantes al respecto y que (a mi concepto) la autorización de estas uniones, seria una alternativa muy grande para la solución de tantos problemas sociales que actualmente existen, ya que este tipo de relaciones son mucho mas estables que las de las parejas heterosexuales y a nivel económico, son mas los recursos que tienen para dar una estabilidad a la cantidad de bebes, niños y jóvenes abandonados.

Entonces, porque no autorizar estas relaciones, en vez de seguir viendo a tantos niños sin protección?

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